El Aloe, conocido desde la antigüedad, es un gran principio activo de propiedades hidratantes y emolientes, así como de acción anti-envejecimiento de la piel.
El aceite de Aloe se caracteriza por su actividad antioxidante, fundamental para tratamientos antiedad, para pieles sensibles o para aquellas que han sido sometidas a las inclemencias climáticas o problemas descamativos.
Una extraordinaria línea de tratamiento, formulada con agua termal que sustituye en su totalidad al agua cosmética convencional, que no debe faltar como alternativa en los tratamientos de su centro.
Más información en www.dermohelp.es
lunes, 31 de agosto de 2009
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